El proceso cultural presenta dos polos que se entrecruzan en una dialéctica permanente:
una oferta suficiente y accesible a todas las personas, y un público
interesado que valore la oferta existente y participe en ella. De poco sirven proyectos
culturales si nadie se interesa por ellos, o, a la inversa, ciudadanos cada
vez más interesados en la vida cultural sin posibilidades de disfrutarla. Debemos,
pues, ampliar la oferta cultural y hacerla accesible, pero al mismo tiempo
preparar, educar y extender los públicos, sobre todo las nuevas generaciones.
Al desarrollo de ambos objetivos se orienta el programa que ahora se expone,
destinado a la oferta, y el siguiente, cuyo objetivo es la educación de públicos
interesados.
El refuerzo de las industrias y de la oferta cultural es uno de los objetivos prioritarios
del proyecto de desarrollo de la Carta Cultural. Un objetivo que debe
orientarse en una doble dirección: hacia cada uno de los países, pues de otra
manera el espacio iberoamericano estaría desprovisto de contenidos, y hacia la
región en su conjunto, para lo cual son necesarios programas compartidos basados
en las industrias y en la cultura de los diferentes países.
Cualquier plan de desarrollo cultural para el siglo XXI debe incluir planes específicos
para impulsar el desarrollo de las industrias culturales como medio para
la difusión cultural, como fórmula de desarrollo económico y como actividad
para contrarrestar la importación de culturas ajenas provenientes de los mercados
transnacionales. En Iberoamérica existen iniciativas heterogéneas en
cuanto al sector y a la magnitud, pero sería necesario dar un impulso de conjunto que, sin afectar a las políticas nacionales de industria cultural, ayudara al
desarrollo de los países y estableciera líneas de actuación conjunta.
Es necesario fortalecer las instituciones públicas culturales en cada uno de los
países: bibliotecas, archivos, museos, centros artísticos, festivales y congresos.
Pero también lo es proponer iniciativas que respalden a las industrias
nacionales a través de una legislación, una financiación y un apoyo social adecuados.
Los proyectos deben cuidar y fortalecer tanto las políticas públicas
como las privadas, en un sano ejercicio de coordinación y apoyo mutuo.
No basta, sin embargo, la potenciación de las industrias y sectores culturales de
los países, por importante que esto sea, para construir el espacio cultural iberoamericano.
Hace falta, al mismo tiempo, impulsar proyectos colectivos que lleguen
a todos los países y a todos los públicos. Por una parte, para avanzar en
la construcción de una cultura compartida y de unas señas de identidad comunes,
y, por otra, para ampliar los mercados y públicos con el fin de lograr la sustentabilidad
y la viabilidad de nuestras industrias culturales. Y esto solo se consigue,
para la mayoría de nuestros países, mediante la ampliación de sus mercados, lo
que exige la circulación y distribución de los bienes culturales más allá de sus
fronteras y, por razones obvias, de forma prioritaria, en la amplia región que
compone el espacio cultural iberoamericano.
Afortunadamente, muchas de estas tareas ya están en marcha. Los programas
Iberescena e Ibermedia han supuesto un apoyo indiscutible a la creación y distribución
de películas y de obras de teatro. El concepto cultural y empresarial de
coproducción fortalece cada día su práctica y demuestra su validez. El impacto
de Iberescena e Ibermedia en el desarrollo de las industrias iberoamericanas en
estos campos ha sido identificado cuantitativa y económicamente, reconocido y
valorado. Hace falta, no obstante, ampliarlos a todos los países, promover nuevas
iniciativas y proponerse políticas conjuntas que salgan a buscar otros públicos,
otros mercados y otros espacios culturales en el mundo.
Este ha sido un anhelo de todos aquellos que han hecho de la identidad de sus pueblos
y la defensa de sus culturas una causa universal, no solo en Iberoamérica sino
también en otras regiones del mundo. Iberoamérica está llamada a constituir un
sólido espacio cultural de dinámica interacción en su interior, y a la vez un protagonista
del multicultural mundo global en que se inserta.
También en el campo de la lectura existe un acuerdo inicial para el desarrollo
de un proyecto colectivo. Bajo el título «Agenda para una política pública de
lectura» y en el marco del programa Ilímita, la OEI y el Centro Regional para el
Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) (2004), destacaron
diez prioridades para el fortalecimiento de las bibliotecas públicas, entre las
que se pueden destacar la integración de este tema en las políticas educativas, la promoción de la lectura en la primera infancia, la participación activa de la
sociedad civil en la construcción de las políticas referidas y la formación de
mediadores.
Pero tan importante como la ampliación de la oferta cultural es crear las condiciones
para que la gran mayoría de las personas puedan acceder a ella. La ciudadanía
se construye con la garantía de los derechos políticos, económicos y
sociales, pero también con la garantía de los derechos culturales. El cuidado
del rico patrimonio cultural existente, que se extiende por pueblos y ciudades
muy diversos, y la apuesta por el turismo cultural, al que se hizo mención en
el programa anterior, pueden ser estrategias clave para propiciar la extensión
de la cultura. La programación de actividades culturales con criterios de equidad,
en los que no se privilegie a las grandes ciudades y a los sectores sociales
con mayor nivel económico, es una exigencia de este planteamiento. Para
ello, la acción de los poderes públicos es indispensable.
Objetivos
1. Fomentar la producción de contenidos artísticos y culturales de calidad,
y considerar a los productos culturales como portadores de valores, identidad
y formadores de la ciudadanía.
2. Asegurar el respeto de los derechos de productores y usuarios en la
legislación que regula la creación, distribución y difusión de los productos
culturales, buscando la modernización de su normativa acorde con el
desarrollo de las tecnologías de la información.
3. Apoyar proyectos en áreas de distribución, producción, coproducción,
formación, información, documentación y autoría escénica iberoamericana.
4. Estimular la coproducción de películas para cine y televisión, así como el
montaje inicial de proyectos cinematográficos.
5. Formar profesionales capaces de hacer frente al crecimiento que la industria
audiovisual, altamente competitiva y en un mercado global, conocerá
en los próximos años.
6. Fortalecer y extender los programas Ibermedia e Iberescena.
7. Apoyar la promoción internacional de las producciones culturales iberoamericanas,
en la región y en otras partes del mundo.
8. Ampliar y mejorar las bibliotecas públicas.
9. Apoyar la formación, información, documentación y autoría escénica iberoamericana.
Líneas de acción
1. Actualizar y armonizar los marcos regulatorios sobre algunas industrias
culturales, como el libro, el cine y la música, y sobre el concepto de excepción
cultural.
2. Actualizar y armonizar la legislación sobre propiedad intelectual en toda
la región, y asumir la tarea de difusión de sus principios básicos a los
ciudadanos.
3. Crear una marca de la cultura iberoamericana para ganar la atención y
la confianza del público, y evocar de esa forma la pertenencia a un espacio
cultural común.
4. Colaborar en la actualización de usos de estructuras urbanas para el desarrollo
de las artes. Se trataría de apoyar nuevos usos de edificios abandonados
o infrautilizados para cederlos en ciertas condiciones a artistas
o colectivos culturales.
5. Gestionar una publicidad gratuita de actividades culturales en los medios
de comunicación públicos, y descuentos y exenciones para la promoción de
actividades culturales y productos de la industria cultural.
6. Favorecer la participación de todos los países en los programas Iberescena
e Ibermedia mediante el estudio de cuotas diferenciadas.
7. Apoyar a teatros y festivales nacionales e internacionales que den prioridad
a la presentación de producciones iberoamericanas.
8. Desarrollar vías de distribución y exhibición de películas iberoamericanas,
en la región y en el mundo.
9. Promover el cine iberoamericano por medio de la Televisión Educativa y
Cultural Iberoamericana (ATEI-TEIb).
10. Difundir el repertorio de música iberoamericana a través de grabaciones
y conciertos.
11. Impulsar un plan de recuperación y difusión internacional de cine iberoamericano.
12. Establecer cuotas mínimas de producción regional o nacional en carteleras
de cine y de televisión.
13. Promover la creación, consolidación, modernización y desarrollo de las
bibliotecas públicas.
14. Organizar la información de las bibliotecas para atender las necesidades o intereses de conocimiento de los distintos sectores de la población.
15. Desarrollar la cooperación entre los organismos responsables de las
bibliotecas públicas.
Con el fin de ir construyendo la versión final de este documento es necesario que nos ofrezcan sus opiniones, sus propuestas, todas ellas serán un aporte necesario en la construcción del desarrollo de la Carta Cultural Iberoamericana entre todos.
Les agradecemos mucho su colaboración en este espacio de debate y participación.
Nota: Es recomendable leer el libro que hemos publicado con la propuesta completa. Descargar.
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