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La gran riqueza histórica de Iberoamérica es su patrimonio cultural, en torno al cual se constituyen las señas de identidad de los pueblos y de las personas y el reconocimiento de los sentimientos compartidos. La cultura, afirman Arizpe y Nalda es simbolismo…
El patrimonio, como la misma noción de cultura, no es algo inmutable, ajeno a los cambios sociales y culturales. Es más bien la expresión de una comunidad cultural abierta, que establece un diálogo permanente entre su pasado y su presente para mantener la memoria histórica de las nuevas generaciones y establecer una relación de identidad constante pero dinámica entre el pasado y el futuro. Una de las maneras de conservar y mostrar la diversidad del patrimonio cultural es mediante los museos. Su cuidado y actualización permanente, la formación de sus gestores, la creación de redes para el intercambio de sus bienes y su presencia en los medios de comunicación a través de sus actividades, constituyen estrategias privilegiadas para mantener y mostrar el patrimonio cultural. De este convencimiento surgió el programa Ibermuseos, aprobado en 2007 en la Conferencia Iberoamericana de Ministros de Cultura de Valparaíso y en la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Santiago de Chile, y se estableció el año 2008 como Año Iberoamericano de Museos bajo el lema «Museos como agentes de
El Programa Ibermuseos tiene como objetivo principal promover la integración, consolidación, modernización, calificación y desarrollo de los museos iberoamericanos. Su tarea es el fomento y articulación de políticas museológicas para Iberoamérica, la creación de mecanismos multilaterales de cooperación y el desarrollo de acciones conjuntas en el ámbito de los museos y de la museología de los países iberoamericanos. Para lograrlo, se plantea reforzar la relación entre las instituciones, públicas y privadas, de profesionales del sector museológico iberoamericano, promoviendo la protección y la gestión del patrimonio y el intercambio de experiencias prácticas y de conocimiento producido. La conservación del patrimonio exige también el cuidado de los archivos documentales, para conservarlos y actualizarlos a través de la incorporación de las nuevas herramientas tecnológicas. El programa de Apoyo al Desarrollo de Archivos Iberoamericanos (ADAI) se orienta en esta dirección. Con una finalidad similar se desarrolla la Red de Archivos Diplomáticos Iberoamericanos (RADI). El turismo cultural es un recurso enormemente favorable para el reconocimiento mutuo, el conocimiento de Iberoamérica como región, la promoción del patrimonio cultural tangible e intangible y el desarrollo económico de una zona o localidad. Si bien es preciso destacar que el patrimonio no esté al servicio del turismo, es necesario también reconocer su valor para fomentar el desarrollo, crear empleo y favorecer el encuentro entre personas de diferentes culturas. Como apunta la UNESCO (2010), está surgiendo con creciente fuerza un tipo de turismo que busca la autenticidad y que está motivado por el deseo de conocer a otras personas y culturas en sus espacios naturales y sociales. Según datos de la Organización Mundial del Turismo (2008), el turismo cultural representó en 2006 alrededor del 42% de los viajes, lo que hace de este sector uno de los de mayor crecimiento del mundo. Hemos de ser conscientes, como señala Martinell, de que el impacto del patrimonio en la vida social no se produce solo en el denominado turismo cultural, sino en la conversión de diferentes valores patrimoniales de una cultura (yacimientos, folclores, fiestas…) en destinos turísticos que completan la oferta de esta industria. También hay que resaltar su aporte a la recuperación de los espacios públicos antes olvidados o degradados, gracias a la programación de actividades culturales y a la creación de ambientes con mayor seguridad ciudadana. Existen múltiples iniciativas para relacionar el patrimonio, el turismo cultural y el papel de las instituciones locales. La posibilidad de establecer una Lista del Patrimonio Cultural Iberoamericano, complementaria a la Lista Mundial establecida por la UNESCO, es una de ellas. Su significado, alcance y criterios deberían ser acordados por los ministerios de Cultura, y su desarrollo posterior tendría que delegarse en una comisión de expertos culturales independiente, representativa y equilibrada. La creación de rutas e itinerarios de turismo cultural, bajo la denominación de Rutas Culturales Iberoamericanas, que involucren a varios países, ya sea por vecindad física como por elementos o matrices culturales compartidas, es otra de las posibilidades, como ya se hace en el contexto del Mercosur cultural. En la actualidad existen algunas iniciativas en diseño o en desarrollo, como el Qapaq Ñan o Camino Principal Andino, el Mundo Maya, los Caminos Reales, la Ruta del Esclavo o la Ruta de la Libertad, en el marco de la conmemoración de los Bicentenarios, cuya experiencia es una referencia básica para el programa. El potencial de su naturaleza, la riqueza de sus tradiciones y rituales, y la gastronomía, por citar solo algunas particularidades, se pueden convertir en atractivos estímulos para los futuros visitantes. También podría ser una iniciativa importante la creación anual de la Capital Iberoamericana de la Cultura, de forma similar al modelo del programa Capital Europea de la Cultura, y teniendo en cuenta la experiencia de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI). Es una manera concreta de destacar el patrimonio, reforzar el esfuerzo de las ciudades y fomentar el turismo cultural. Un programa semejante ofrece la posibilidad no solamente de mostrar manifestaciones artísticas, modos de vida y expresiones culturales diversas, sino también de intercambiar y transferir experiencias de gestión cultural, metodología de trabajo en cultura y desarrollo, y estrategias innovadoras para la defensa del patrimonio y el fomento de las actividades culturales. «Destino Iberoamérica» podría ser otra de las iniciativas de turismo cultural, en la que se incluyera una oferta de productos y servicios culturales y turísticos basados en el patrimonio cultural tangible e intangible, los museos y centros culturales, la producción artística, las industrias culturales y creativas, el aprendizaje de idiomas, los festivales y eventos culturales, los paisajes y las rutas culturales. Todo ello obligaría a una revisión del catálogo cultural existente, a una actualización de la oferta cultural, a la modernización de los establecimientos turísticos y a la constante innovación de la oferta, condiciones indispensables para formar parte de la agenda reconocida de turismo cultural en Iberoamérica. Estas iniciativas resaltan el papel indispensable de lo local y de las ciudades como núcleo institucional básico para articular la cultura, el patrimonio, la comunicación y el turismo cultural. Es en las ciudades donde se mezclan el pasado y el presente, donde se entrecruzan la naturaleza y la vida urbana en distintos paisajes, donde se viven los encuentros sociales y donde es posible la expresión compartida de la diversidad cultural. Por ello, el refuerzo a las instituciones municipales y a su gobernanza democrática es una de las tareas indispensables de la agenda política iberoamericana. El binomio poder local y vida cultural debe extenderse a los distintos agentes y sectores sociales públicos y privados. La ciudad es la que mejor puede impulsar la red de alianzas para el desarrollo de la cultura y la construcción de una ciudadanía participativa. Con esta orientación surgió en el año 2000 Interlocal, la red de ciudades iberoamericanas para la cultura. Promovida por la OEI y por la Diputación Provincial de Barcelona (España), su objetivo es vertebrar una red iberoamericana de ciudades para la cultura. El refuerzo y extensión de esta iniciativa debe estar entre las líneas de acción prioritarias para el correcto desarrollo de la Carta Cultural. Objetivos
Líneas de acción
Con el fin de ir construyendo la versión final de este documento es Les agradecemos mucho su colaboración en este espacio de debate y Nota: Es recomendable leer el libro que hemos publicado con la propuesta Este foro es moderado y su participación será pública en pocas |
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Los desplazamientos con el único propósito de conocer deberían aportarle tanto al que explora como al visitado una rica experiencia de compartir para crecer en conocimiento y respeto por las culturas, hecho que depende del interés de los viajeros atraídos por campañas promocionales dirigidas a sectores específicos o grupos de estudio en intercambios, entre instituciones, gobiernos o comunidades que evalúen el impacto de "especies diferentes" sería como plantear un balance ecosistémico poblacional en el entendido de un balance compensado entre culturas, sistemas políticos y autonomías administrativas en una igualdad de naciones por el conocimiento o su capacidad para generarlo, tal como sucede en las relaciones inter-personales, desde las familiares hasta las grupales. Es un escenario donde la fuerza económica del turismo y sus servicios deberán darle la vuelta al concepto a veces sin sentido de la venta de paquetes donde el dinero se queda en los círculos asociados de cadenas hoteleras, agencias de viajes y empresas de transporte en viajes relámpago para impresionar retinas y acumular imágenes en nuestros dispositivos portátiles. El afán de la multi-presencia como un privilegio del "mundo pañuelo" para empresarios o segmentos de población para los cuales las fronteras no existen, ya que su capacidad adquisitiva se los permite. Un planeta que regule el flujo de intercambio humano es a todas luces un espejismo ecológico; pero cierto es que el derecho a viajar debería ser un entrenamiento práctico en nuevos modelos de aprendizaje para la convivencia y una organización técnica del turismo científico, cultural y de exploración, que debe tener un marco regulatorio como el planteado en los anhelos de los documentos que motivan estos comentarios, ello se vislumbra como una experiencia humana enriquecedora. La presencia en otro lugar con fines de impregnarse de culturas seguramente será el siguiente paso de la convivencia global, porque ya podemos compartir transacciones, conocimientos y hasta afectos en los escenarios y redes virtuales. Desde una ciudad turística como Santa Marta, epicentro entre un macizo climático de todos los pisos térmicos, con la proximidad de una peninsula desértica, con varias culturas ancestrales, en una zona con ámplios recursos hídricos, un tour para sentir la vida exige al menos un semestre cargado de experiencias climáticas y en general ambientales hasta llegar al compartir formas de ser y visiones diversas sobre la vida y su razón en armonía con el territorio. Es pensar menos en volumen y cantidades de turistas depredadores y contaminantes; y más en calidad de visitantes hermanos que puedan tener una experiencia para sentir que cualquier tierra es un regalo de la naturaleza para nuestro deleite. |
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Contactar con el autor: juan.martinez@agendasamaria.org | ||
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Evidentemente el patrimonio histórico de nuestras naciones recopilado por los museos requiere de un trabajo más arduo a fin construir políticas públicas en torno a la cultura y su importancia como eje fundamental en la construcción de identidad individual y social. Pensarnos como pueblos y como naciones sin lugar a dudas requiere de este tipo de iniciativas como la presentada en la Carta Cultural Iberoamericana y no sólo porque se requieran estrategias para el cuidado del patrimonio o para la atracción del turismo que son fundamentales sino, desde mi punto de vista, como mecanismo indispensable para preservar nuestras raíces, sentirnos identificados con el mundo y sus necesidades pero también como herramienta para comprender la significación que como seres humanos hemos pactado para la construcción precisamente de esa entidad que llamamos cultura. De esta manera, considero que parte de la tarea que tienen las escuelas y universidades es realizar actividades previas a grupos de estudiantes para fortalecer más las visitas a los museos de las ciudades o de las regiones, establecer itinerarios llenando formularios sobre aspectos como: administración, formas de financiamiento, equipo de trabajo, ubicación, detalles arquitectónicos, señalización, información, formas expositivas, esto con el fin de reconocer no sólo el patrimonio cultural que encierra y muestra los museos sino también reconocerlos como escenarios culturales y como proyectos educativos. Muchos de los niños, niñas y jóvenes de mi país Colombia en ocasiones no cuentan con los recursos para acceder a este tipo de espacios pero en otras aun cuando se establecen mecanismos para incentivar las visitas (ej. A finales de mes todos los museos son gratuitos así como algunas salas de teatro) no existe en hábito por parte de los padres y nuestros estudiantes por visitarlos y recorrerlos, de esta manera, la tarea nuevamente queda en manos de las escuelas y no es desconocido para nadie que éstas no cuentan con los recursos económicos necesarios para movilizar un número tan alto de estudiantes. No deja de preocupar que un porcentaje significativo de museos y salas de teatro abran sus puertas gracias al esfuerzo de muchas personas que han querido contribuir a la memoria y a la cultura de su pueblo o ciudad, pero que han sufrido en ocasiones las permanentes críticas y acosos por parte del poder político. Celebro esta iniciativa ya que la cultura debe convertirse en política pública permanente recibiendo la financiación que requiera y sin la tarea de hacer “lobby” para conseguir recursos y/o de planear proyectos y convenios que posibiliten ir más allá de la simple sobrevivencia. La cultura es nuestra carta de navegación en un mundo que requiere cada vez mayor reconocimiento de sus raíces como elementos simbólicos de construcción de identidades y formas de reconocimiento humano. Juan Carlos Gómez |
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Contactar con el autor: hazzaellus@yahoo.es | ||
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Es una gran realidad que Iberoamérica posee una gran riqueza cultural que le ha permitido tener su sello de identidad, un sello que se encuentra en constante transformación y desarrollo, y que se consolida con fuerza mayor a partir de la preservación del patrimonio cultural. Valorando la importancia que para el desarrollo de los pueblos tiene el patrimonio cultural considero que sería oportuno considerar para su conservación, difusión y gestión, además de la red de museos, otras líneas de acción como los parques arqueológicos o los centros de interpretación. Es importante que en las ciudades y comunidades el patrimonio no se vea tan institucionalizado con la intensión de que sus habitantes lo asuman como propio, lo sientan más como suyo que de las instituciones. En este aspecto puede desempeñar un papel fundamental el modelo educativo que se diseñe, que debe permitir integran como un todo coherente y armónico los contenidos formales e informales de la educación. Es imprescindible que desde el propio diseño de las rutas se contemple su enfoque pedagógico, se valore su vertebración con el currículo para que el patrimonio forme parte de los contenidos educativos y se integre al cotidiano de los educandos. Ver la siguiente página de la empresa Ruralpunto.es http://www.ruralpunto.es/ Considero que sería muy provechoso que en la formación que se imparta se incluya la relacionada con el inventario de recursos patrimoniales y de recursos turísticos. Muchas gracias. |
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Contactar con el autor: terrymarilety@yahoo.es | ||
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En Perú recién se está dando impulso a la visita de los diversos museos que han sido remodelados y están dándose las facilidades de ingreso en cuanto a los costos. |
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Contactar con el autor: malena_vizcarra@yahoo.com | ||
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Muy interesante el artículo. |
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Contactar con el autor: marta_udrizard@yahoo.com.ar | ||
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Es una propuesta interesante y creo que se vería enriquecida si junto a los programas de promoción se realizan programas de investigación y conservación conjuntos, como la propuesta de las Rutas Culturales Iberoamericanas que sería una excelente plataforma para la cooperación entre los países. |
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Contactar con el autor: pilarny@hotmail.com | ||
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Me gustaría iniciar el análisis del programa seis señalando que el impulso al patrimonio a través del turismo debe ir y de hecho va más allá del compromiso que con él puedan tener las ciudades. Reducir ese compromiso a las ciudades sería relegar o subvalorar el papel del mundo rural dentro de la problemática y desaprovechar su aporte que en el caso de Iberoamérica es esencial. |
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Contactar con el autor: terrymarilety@yahoo.es | ||
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No termino de entender la mezcla entre patrimonio y ciudades. Yo creo que deberían ser programa separados. Otro punto es que dentro de patrimonio deberían hacerse acciones relativas al patromonio natural y que sobre ciudades me parece buena idea lo de tener una capital iberoamericana de la cultura. Para que lo de la capitalidad cultural sea algo exitoso debería buscar un eje que lo diferencie notablemente de las demás y podría ir con el hecho de que sea una programación de conocimiento y reconocimiento de las diversas culturas la línea que haga decidir la ciudad capital. Es decir aquella que se comprometa en un año en hacer visible las culturas de nuestra Iberoamérica. |
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